19 mayo, 2025

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El secreto del astronauta Gordon Cooper

Por Dr. Antonio Las Heras.- Leroy Gordon Cooper (1927/2004) fue uno de los integrantes del primer grupo de astronautas estadounidenses, conocido como «Mercury Seven», por tratarse de los tripulantes de las cápsulas monoplaza Mercury. ​Antes de convertirse en astronauta, Cooper fue piloto de la Fuerza Aérea Estadounidense y miembro del cuerpo de Marines. También era veterano de la Segunda Guerra Mundial.

Mientras daba la órbita número 15 en la cápsula Mercury Atlas 9 – el 16 de mayo de 1963 – el astronauta fue testigo de la aparición de un OVNI. Téngase en cuenta que esto sucedía estando fuera de la atmósfera terrestre, ya en el espacio exterior. Cuando regresó a tierra, se le prohibió hacer declaraciones sobre ese tema específicamente. Consultado por el periodismo, la respuesta de sus superiores fue: “Lo lamentamos, pero el mayor Gordon Cooper no puede responder a un cuestionario de esa naturaleza”. El comunicado, frío, escueto, estaba firmado por el oficial de Asuntos Públicos del Centro Espacial de Houston, John J. Peterson, y en ese momento era estrujado casi con furia por el periodista que lo había recibido, Gary H. McLaglen, redactor del New York Times.

Todo se había iniciado ese 16 de mayo de 1963 cuando Gordon Cooper, desde su cápsula espacial, había comunicado a la base de Houston, textualmente:

-Estoy desconcertado. Esto está por encima de toda lógica. Puedo ver perfectamente una luz verde. Es algo misterioso. Detrás de ella, de la luz, veo una cola roja. Perdón me exprese mal. En realidad es una especie de propulsión rojiza, que evidentemente ha estado controlando el vuelo orbital. Corto y voy a ustedes.

-Pero ¿de qué se trata? – fue la inmediata pregunta hecha desde el centro espacial.

 -Vuelvo. No sé cómo explicarlo – contestó, de inmediato, el astronauta – Y no crean que estoy influido de la publicidad de los platos voladores, pero creo, mejor dicho estoy convencido, de que se trata de uno de ellos. Les pregunto: ¿Qué hago? ¿Regreso a tierra?

 -No haga caso. Eso no tiene importancia.

El sólo hecho de que una persona avezada en atravesar y resolver situaciones difíciles como Gordon Cooper hubiera propuesto abortar la misión y regresar, señala que lo que estaba observando le resultaba suficientemente extraño y, también, peligroso.

El dialogo fue escuchado por trescientos periodistas de todo el mundo. Sin embargo, sólo Gary H. McLaglen, del prestigioso New York Times, advirtió lo trascendente de la noticia. De allí que, una semana después de haberse cumplido el vuelo, hiciera su pedido de reportaje a Gordon Cooper referente a la posibilidad de que hubiera visto “platos voladores” y que el mismo fuera rechazado por el Centro Espacial de Houston.

Pese a todo, un año después, en la casa del astronauta, el perseverante periodista consiguió dialogar con este pionero de la astronáutica.

Este fue el resultado del reportaje:

-¿Por qué se negó a la entrevista?

-El público estaba sugestionado y en Houston consideraron inoportuno referirse al tema. Tenga en cuenta que soy un militar que cumple órdenes.

 -¿Qué vio en ese vuelo?

-Ahora puedo hablar porque el tabú de los OVNI ha sido superado. Viajaba en la órbita número 15, al norte de Perth, cerca de las ocho de la tarde, hora de Perth, el 16 de mayo. El objeto se movía de oeste a este. Vi al OVNI durante dos minutos, cuando mi nave cruzaba Australia.

Describió al objeto como una luz verde dotado de una cola roja que parecía vigilarlo, cuando estaba orbitando a 160 kilómetros de la Tierra.

-¿Qué otro detalle o característica le hizo suponer que estaba frente a un OVNI? – continuó preguntando el periodista –

-La trayectoria del objeto, la altitud, la velocidad de desplazamiento, no podrían hacerme suponer que pudiera tratarse de un meteoro, por ejemplo. Ni tampoco de un globo sonda de experimentación meteorológica que hubiera sido arrojado desde Tierra. Tampoco tenía las características de un satélite artificial lanzado al espacio. Ya le digo, era una luz verde “empujada” por una propulsión rojiza.

-¿La aparición del OVNI le provocó algún malestar físico?

-No, en absoluto. Usted sabe que los astronautas estamos preparados para enfrentar todo tipo de imprevistos.

-Sin embargo, usted fue internado cuando regresó a Tierra…

-Eso es de rutina. Todos los astronautas son internados en observación al finalizar los vuelos. Durante el periodo de observación, por otra parte, los médicos no hallaron nada anormal en mi físico.

-¿Al ver al OVNI no sintió algún impacto de tipo emocional?

-Sí. Primero me sorprendí y luego me vi dominado por los nervios. Pero me recuperé.

Lo más extraño, quizá, haya sido esa sensación de impotencia que me dominó por unos momentos. Los médicos me explicaron luego que la mía sólo fue una reacción nerviosa. Estaba algo obnubilado y no podía pensar con claridad. Me costaba trabajo relacionar mis pensamientos con el movimiento de las manos, por ejemplo. No coordinaba bien.

-¿Estima que el OVNI vigilaba a la cápsula que Ud. tripulaba?

-De ninguna manera podría afirmar eso.

-¿Pero lo pensó?

-Bueno, el movimiento del OVNI parecía sugerir que estaba vigilando a mi nave. Atención, que le digo parecía.  Eso es muy difícil de comprobar. Además yo no creo en la existencia de seres extraterrestres. Y mucho menos en civilizaciones más avanzadas que la nuestra.

-¿Por qué preguntó entonces si regresaba a Tierra?

-Esa sólo fue una pregunta de rutina. Ya ve usted que del centro de Houston me dijeron que no tenía importancia lo que estaba viendo, y que podía seguir tranquilamente con el viaje.

¿Por qué prohibió entonces Houston que yo lo entrevistara antes?

-Eso está aclarado en la respuesta que le dieron, creo. Usted sabe que había una psicosis colectiva con respecto a la aparición de los OVNI y en la base espacial consideraron que no era prudente publicitar el asunto.

Llegado a este punto, digamos que no fue Leroy Gordon Cooper el único que tuvo encuentros con OVNIS en pleno espacio exterior. Los astronautas de la Géminis V. James McDivitt y Edward White, también informaron a Houston que habían visto luces no identificadas en el espacio. Concretamente se refirieron al vuelo que realizaron el 3 de junio de 1965.  Luces que fueron fotografiadas por los astronautas. También los astronautas de la Géminis X, John W. Young y Michael Collins, detectaron inexplicables desplazamientos de objetos. Durante su primera órbita el piloto John W. Young informó al control que había visto dos objetos brillantes. “No creo que sean estrellas – dijo – Marchan a nuestra misma altitud.” “Esto es muy extraño e impresionante. Realmente no le encontramos explicación”, expresaron.

Antonio Las Heras es doctor en Psicología Social, parapsicólogo, historiador, filósofo y escritor. Su libro “¿Qué se oculta tras los OVNI?, será publicado en breve. www.antoniolasheras.com

AGP/ AL

Editor: EM

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