POLICIALES
10 de febrero de 2022
Carlos Eduardo Robledo Puch "El ángel de la muerte" cumplió años preso

Por Andrea Fruttero.- “El Ángel de la Muerte”, detenido el 4 de febrero de 1972, horas después de cometer sus últimos dos asesinatos. Cumple 50 años preso, todo un hito para la historia carcelaria del país.
En 11 meses, 10 noches y menos de 10 horas, ese joven de cara añiñada al que la prensa bautizó “El Angel Negro” había matado 11 personas, cometido 17 robos, dos violaciones y se había alzado con un botín de 7 millones de pesos.
“El Ángel de la Muerte”, detenido el 4 de febrero de 1972, horas después de cometer sus últimos dos asesinatos. Cumple 50 años preso, todo un hito para la historia carcelaria del país.
En 11 meses, 10 noches y menos de 10 horas, ese joven de cara añiñada al que la prensa bautizó “El Angel Negro” había matado 11 personas, cometido 17 robos, dos violaciones y se había alzado con un botín de 7 millones de pesos.
Nunca se arrepintió.
La vida de Carlos Robledo Puch fue llevada al cine en 2008 de la mano del director Sebastián Ortega. El guion estuvo basado en el libro “El Ángel Negro” de Rodolfo Palacios, el periodista que más veces entrevistó al asesino serial.
Cinco décadas privado de la libertad El destino carcelario de Robledo Puch comenzó en la Unidad Penal 9 de La Plata, allí estuvo alojado desde 1972 hasta 1981, año en que fue trasladado a la Unidad 2 de Sierra CHICA. Allí permaneció hasta el 23 de mayo de 2019 pasado cuando fue internado en el Hospital Municipal de Olavarría por una neumonía multifocal y 5 días después, tras recibir el alta fue derivado a la Unidad 22 de Olmos, donde alojado en la actualidad. Esta cárcel tiene la particularidad de no tener muros, sino alambrado perimetral, solo aloja internos que no cumplen condenas por delitos graves o están próximos a recuperar su libertad.
El asesino serial tiene la salud deteriorada, pero maneja un discurso claro, fluido y verborrágico. Sigue insistiendo en que no mató a nadie, ni violó a nadie.
Puch fue condenado el 27 de noviembre de 1980 a “reclusión perpetua con la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado” por la Sala I de San Isidro que lo encontró culpable de 11 homicidios, 17 robos y dos violaciones”. Solo tuvo dos días de libertad, cuando en 1973 se fugó de la cárcel de La Plata.
Durante su tiempo en presión, fue trasladado en 2003 al neuropsiquiátrico de Melchor Romero luego de haber prendido fuego el taller del penal de Sierra Chica vestido de Batman; y en 2007 a la cárcel de Azul para realizar estudios médicos durante los cuales no dudó en asegurar que cuando saliera de la cárcel iba a suceder a Juan Domingo Perón. Hoy Robledo Puch enfermo, pide una muerte digna, esa que no tuvieron sus víctimas.
Vive prácticamente solo, sin recibir visitas, detenido bajo un régimen carcelario semiabierto, ha transcurrido el 70 % de su vida entre barrotes “sale muy poco” y hace añares que no recibe ni una sola visita. La única actividad recreativa consiste en jugar -de vez en cuando- ajedrez con otros presos. Su celda es mínima y repleta de libros de historia argentina en su gran mayoría, está en el pabellón de los homosexuales, con su gata Kuki, perpara el mate con 11 cucharaditas de yerba cada día.
En una de sus últimas crisis nerviosas grito .¡ Quiero ser olvidado!
De una “inteligencia buena” no extraordinaria “excelente memoria”, “rápida asociación de ideas”, “viva imaginación, sin carácter patológico” y un bagaje espiritual proporcionado a su escolaridad y cultura” Puch posee un amplio dominio sobre sí mismo y dice solamente lo que debe o le conviene. Tiene un rasgo característico de los psicópatas: tendencia a pasar a la acción y descargar así su tensión.
OSCAR RAFFO, fue el médico forense Jefe de policía, que estuvo al frente a frente con Carlos Eduardo Robledo Puch, “el joven tenía 20 años, el pelo ensortijado y enorme ojos azules. Parecía un ángel, hablaba inglés y alemán, tocaba el piano con delicadeza y vivía en una acomodada casa de Vicente López junto con sus padres y hermanas. Nadie podía explicarse la criminalidad de sus actos”.
“Que conste -dijo- que nunca maté por la espalda, le espetó Robledo Puch al juez Eduardo Sasson”. Y no mentía entre el 15 de marzo de 1971 y febrero de 1972 asesinó a 11 personas por la espalda o mientras dormían.
“No es un sujeto normal ni un alienado. Pertenece al grupo numeroso y heterogéneo de sujetos intermedios entre la sanidad mental y la psicosis. Nuestro hombre presenta estigmas de temperamento paranoide, perverso, esquizotípico.
La paranoide se refleja en lo siguiente: es desconfiado, egocentrista, orgulloso e inadaptado. Tratan de impresionar como un hombre culto, bien hablado y superior a sus congéneres. Tienen tendencia a la introversión y es narcisista.
Lo verdaderamente dominante de su personalidad son sus estigmas psicológicos, pertenecientes a los psicópatas desalmados, “locos morales”,
Que han cometido múltiples delitos graves, muchos de ellos en condiciones de excepcional sufrimiento de las víctimas y no ha mostrado arrepentimiento alguno (…) es indiferente al sufrimiento ajeno.
En el pabellón 1, la unidad penal 26 de Lisandro Olmos, Robledo Puch ruega un arma para quitarse la vida, o que le den una inyección letal, aunque esto no se permita en el país.-
*Andrea Fruttero*Escritora, periodista y poeta.-
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