POLíTICA
10 de diciembre de 2015
CRISTINA: Se fue al Sur en turista: "No pude ver nada de la asunción de Macri"

(AGP).-Lo dijo en Aeroparque, antes de partir en un avión de línea rumbo a Río Gallegos. Viajó con su hijo Máximo, Zannini y la despidió la militancia. Al llegar, una caravana de La Cámpora la escoltó hasta su casa.
El movimiento en el aeroparque Jorge Newbery comenzó a partir de las 11. Vecinos, militantes se reunieron frente a la sala vip para despedir a Cristina Kirchner que viaja a Río Gallegos.
Diego Carbone su jefe de custodios supervisó cada detalle de la seguridad en el aeropuerto y en el salón vip. Quienes se acercaron a saludar a la ex presidenta esperaron varios minutos con el celular en mano para no perderse, quizás, la última foto. A las 13.52 los militantes desplegaron una gran bandera sobre el suelo con el mensaje "Gracias Néstor y Cristina", preparando la despedida final para la ex jefa de Estado que descansará fuera del poder, en Santa Cruz.
El primero en llegar fue Carlos Zannini ex secretario Legal y Técnico, ovacionado por la militancia que cantaba "vamos a voler, a volver a volver, vamos a volver". Se tomó el tiempo para fotografiarse con un grupo de vecinos. Sonrió, se mostró emocionado por momentos y después, ante la consulta de Clarín, sólo respondió: "Sí vi la asunción de Macri". Y evitó hacer comentarios antes de ingresar al VIP. Zannini, que tenía su asiento en primera clase, viajó a la capital santacruceña para participar de la asunción de Alicia Kirchner, al igual que la ex presidenta.
Minutos después Mariano Recalde, que dejará en horas su cargo frente a Aerolíneas Argentina, llegó a Aeroparque para despedir a Cristina Kirchner. Entre abrazos del personal de la línea de bandera y de militantes, se refirió al discurso del flamante presidente: "Me pareció un discurso breve nada más", acotó.
Por la puerta número 3 se anunció la salida del vuelo 1862 con destino a Río Gallegos, pero como algo casi anecdótico llamaron varias veces a Diego Carbone, jefe de la custodia de Cristina Kirchner durante su presidencia. A último momento hubo un cambio de avión y se reprogramaron varios asientos, por eso requerían su presencia.
Antes de las 15 horas, mientras la gente comenzó a abordar el avión, Cristina ingresaba por la pista. Pero regresó al acceso de aeroparque para saludar a la militancia que la esperó desde temprano con banderas. Afuera, una columna de trabajadores aeronáuticos se ubicó frente al dispositivo de seguridad desplegado, con carteles que decían "gracias Cristina" y muchos aplausos.
De camisa blanca, calzas negras y siempre arreglada, Cristina subió al avión su asiento fue el 3E. A su lado se sentó Máximo Kirchner y parte de sus secretarios y personal de seguridad. "No pude ver nada de la asunción de Macri", respondió entre risas y dijo que estuvo "a las corridas con los preparativos del viaje". Se sentó, pidió a sus colaboradores su cartera y le solicitó a Máximo que se quede a su lado. La gente le pidió fotos y dijo sentirse "muy bien", y fiel a su estilo agregó "ustedes (por los periodistas) escriban lo que ven". Con ellos viajó Virginia García, cuñada de Máximo y senadora nacional.
Después de mucho tiempo, la ex presidenta volvió a un vuelo regular.Tres horas y diez minutos tardará el vuelo y en tono irónico cuando le preguntaron porqué viajaba en clase turista dijo "¡y qué querés, que vaya en el ala?".
A las 18.50 el avión de Aerolíneas terrizó en el aeropuerto de Río Gallegos. Cristina Kirchner no quiso privilegios y esperó su turno para descender. Cuando se levantó del asiento, hubo otro aplauso generalizado y del fondo se escuchó un tímido "vamos Cristina".
La ex presidenta habló poco con la prensa, "ya hablé mucho ayer che" dijo ante la insistencia de los periodistas y a los cánticos de la militancia que la despidieron en Plaza de Mayo diciendo "vamos a volver", Cristina respondió entre risas: "Les digo que ahora estoy volviendo a Río Gallegos". Su chiste final fue para Zannini, "cómo torraste todo el viaje vos", y todo terminó en una sonrisa.
Al descender del Boening 777, Cristina fue recibida por un importante números de militantes y vecinos que la rodearon ovacionándola. Fue dificultoso llegar al vehículo que la esperaba en la puerta del aeropuerto local. Afuera con seis grados y un viento que se hizo sentir, la aguardó una gran caravana de autos con banderas de La Cámpora, que la escoltaron hasta su casa.
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